sábado, 26 de enero de 2013

Estar Completo


Equivocado es pensar que necesitamos de otra persona para que venga a poner en nuestra vida la parte que nos hace falta, que venga a completarnos. Si para empezar esa parte vacía es la que deben llenar nuestros deseos y sueños. 

Tratar de llenarla con otra persona es truncar nuestra vida, truncar lo que pudiera ser si nos dedicáramos a alcanzar nuestra felicidad minuto a minuto, logro a logro.


Ese vacío no debería de tener saciedad, porque sería detenernos, parar, morir! Lo que nos hace tener ambición, hambre de logros, es la falta de ellos.

Lo que nos hace buscar esa persona, esa media naranja, es en esencial el vacío de no tenerla. Pero de ese vacío puede derivarse la no saciedad y la infelicidad con la persona que esté a nuestro lado en este preciso momento.


Dado que nuestra naturaleza de tener mas y mas, pueda llevarnos a creer que lo que ahora mismo tenemos, sea poco para nosotros.

Pero en realidad lo que ahora tenemos es el fruto de nuestro esfuerzo impulsado por el vacío de nuestro "Yo faltante", pidiendo mas

martes, 1 de enero de 2013

Sentimientos de desesperanza

Hoy sólo puedo hablar de mis sensaciones. Llevo unos días dándole vueltas a una pregunta que espero algún día abordar al menos mínimamente en este espacio: ¿Qué quiero ser de mayor? Y la verdad son muchas las cosas que me planteo... cosas que creo que me harán feliz.



Pero llegan los días de desesperanza (como hoy) y veo que todas esas ideas son tontadas, que no me conducen a nada y que tarde o temprano acabaré igual de frustrado que con mi vida actual. Y es que soy un insatisfecho natural.

Hoy como digo, tengo el día desesperanzado. El día en el que miro al futuro y no veo cosas diferentes, sino que veo un mundo igual de viciado y en el que yo estoy totalmente inserto como una marioneta más, un actor más de esta triste película. Y no creo que sea muy diferente a la realidad esa visión.
Mi cuerpo no se porque me dice basta cada día... me dice que ya no quiere hacer nada más. Me deprimo cuando veo que hay gente capaz de darlo todo, de estar al 100% muchas más horas al día que hoy... me frustro de que a la gente le cunda tanto el tiempo. Yo llego a mi casa cansadísimo de trabajar... psicologicamente acabado, de verdad, y me siento en la silla de mi casa y sólo quiero hacer como digo yo "ratón p'arriba ratón p'abajo" es decir, mirar páginas de Internet sin orden ni concierto, sin prestar mucha atención y dejando que pasen las horas del día sin mucho esfuerzo...



Y no hago eso porque sea vago, sino porque mi cuerpo no puede más durante ese tiempo... así he aprendido a vivir... encerrado en mi cuarto sin salir, y haciendo del ordenador y el teclado mi amigo más cercano en casa, mucho más que el sofá del salón, el cual piso bien poquito... porque no se, no se porque pero no me junto con mis padres. Otro motivo de tristeza... no aguanto a mi madre y con ellos me siento incómodo. ¡Necesito salir de aquí! Pero perder tantas comodidades como tengo... pero dejarles solos por poco que ayude yo aquí. Tengo miedos, muchos miedos. A la vida real que me machaca cada día y me da reveses explicándome que mis ideas son eso: ideas, es decir como antes decía "tontadas". Y tengo miedo a ser un inadaptado como me considero muchas veces...


No se, no se me ocurren salidas del tunel que atravieso. Mis ojos sólo ven la negritud del camino y no se entretienen en valorar las luces encontradas. No se, no se que quiero. Ni ahora mismo ni en un futuro. Quiero creer por ejemplo que si me voy de casa arreglo algo, pero entonces me quejaré de otras miles de cosas. O quiero creer que mis sueños de grandeza, de ser alguien en la vida, alguien que cambie el mundo... algún día se cumplirán. Y sin embargo, no soy capaz siquiera de controlarme a mi, de cambiarme a mi en esas cosas, en esas oscuridades que tengo.



Creo que tengo mucho que pensar y valorar... y lo peor de todo es que se que la reflexión acabará genial y que pasado el tiempo volveré al mismo sitio, porque, como ahora, no habré hecho nada para cambiarlo. Son sólo palabras que se quedan en el mundo de las palabras, donde las palabras forman frases y flotan en el aire, por las nubes... encadenándose unas con otras y formando grandes parrafadas o cortos epitafios que van al mismo saco... el saco del olvido.
Vivo de mis reflexiones pasadas, de mis sacos de frases bonitas dichas en el día en que creía en ellas y que perdieron su valor al tiempo que se acabo el éxtasis de la reflexión. Y pasado el éxtasis, el gozo... siempre llega la resaca que todo se lo lleva, haciendo un monumental daño. Y así hemos llegado al día de hoy...

¿Y si fuera ella?

¿Puede alguien enamorarse de una desconocida? ¿Y si una desconocida es el amor de tu vida?



No se si alguna vez se han planteado esta cuestión. Pero... yo cada día me "enamoro" (entrecomillado y en minúsculas) como de 5 a 10 veces. Pero es que de vez en cuando 1 vez cada mucho tiempo me quedo absolutamente prendado de alguna chica que con sus gestos, sus ojos, sus andares, su hablar, su cuerpo, su pelo y su sonrisa me deja absolutamente hipnotizado. Cuando siento eso, tengo unas ganas tremendas de decirle algo, de no quedarme en simplemente la observación y el babeo... sino además, saber cómo se llama cuando menos... y quien sabe de hasta donde llegar.






La vida está cargada de momentos e instantes desaprovechados por el qué dirán. Y yo la verdad es que lo entiendo. ¿Qué pensarán mis compañeros de viaje en bus cuando me declare a una desconocida y me sigan viendo día tras días el careto? Vaya tonto, vaya pesado, que personaje... cualquier cosa y ninguna positiva. ¿Y qué pensará la chica de mis sueños cuando le dirija unas palabras? ¿Qué soy un violador, un disminuido, un perturbado o quizá todas ellas?

La verdad es que es una tesitura complicada porque siento que a veces podría cumplir sueños de mi vida. Me veo con alguna de ellas muy lejos, visitando paises extraños cogidos de la mano, retozando en playas de arena fina, subiendo las montañas más altas y abrazándome en lo alto de ellas... sueños y más sueños, que nunca se cumplirán porque ella se fue,... se bajó en la parada anterior, se perdió tras la anterior esquina, se subió al piso del ascensor que no era o cambió de dirección tras el último semáforo en común de nuestras vidas...

Y pienso de nuevo, en qué haré la próxima vez que me suceda, y siento que haré lo mismo. Y no se si me apena o tranquiliza. Porqué quizá si no lo hiciera sería un loco y no precisamente un loco de amor.



Por último, una reflexión postrera: ¿existen casualidades? Porque realmente yo me fijé en ella y eso no es una casualidad. Quizá lo fuera que estuviera ahí, pero no que mis ojos se cruzaran con los suyos...

martes, 28 de diciembre de 2010

Perseverancia


La historia dice que este hombre fracasó en los negocios y cayó en bancarrota en 1831. Fue derrotado para la Legislatura de 1832.

Su prometida murió en 1835.
Sufrió un colapso nervioso en 1836.
Fue vencido en las elecciones de 1836 y en las parlamentarias de 1843,1846, 1848 y 1855.
No tuvo éxito en su aspiración a la Vicepresidencia en 1856, y en 1858 fue derrotado en las elecciones para el Senado.
Este hombre obstinado fue Abraham Lincoln, elegido presidente de Estados Unidos en 1860.

La lección es muy sencilla: sólo se fracasa cuando se deja de intentar. 

El problema


Un gran maestro y un guardián compartían la administración de un monasterio zen. Cierto día el guardián murió, y había que sustituirlo. El gran maestro reunió a todos sus discípulos para escoger a quien tendría ese honor. “Voy a presentarles un problema —dijo—. Aquel que lo resuelva primero será el nuevo guardián del templo”.
Trajo al centro de la sala un banco, puso sobre este un enorme y hermoso florero de porcelana con una hermosa rosa roja y señaló: “Este es el problema”.
Los discípulos contemplaban perplejos lo que veían: los diseños sofisticados y raros de la porcelana, la frescura y elegancia de la flor... ¿Qué representaba aquello? ¿Qué hacer? ¿Cuál era el enigma? Todos estaban paralizados. Después de algunos minutos, un alumno se levantó, miró al maestro y a los demás discípulos, caminó hacia el florero con determinación y lo tiró al suelo.
“Usted es el nuevo guardián —le dijo el gran maestro, y explicó—: Yo fui muy claro, les dije que estaban delante de un problema. No importa qué tan bellos y fascinantes sean, los problemas tienen que ser resueltos. Puede tratarse de un florero de porcelana muy raro, un bello amor que ya no tiene sentido, un camino que debemos abandonar pero que insistimos en recorrer porque nos trae comodidades.

Sólo existe una forma de lidiar con los problemas: atacarlos de frente. En esos momentos no podemos tener piedad, ni dejarnos tentar por el lado fascinante que cualquier conflicto llevan consigo”.

Los problemas tienen un raro efecto sobre la mayoría de nosotros: nos gusta contemplarlos, analizarlos, darles vuelta, comentarlos... Sucede con frecuencia que comparamos nuestros problemas con los de los demás y decimos: “Su problema no es nada... ¡espere a que le cuente el mío!” Se ha dado en llamar “parálisis por análisis” a este proceso de contemplación e inacción. Busca la solución! 

Un maestro y un escorpión


 
Un maestro oriental, cuando vió como un escorpión se estaba ahogando, decidió sacarlo del agua. 
Cuando lo hizo, el alacrán lo picó. Por la reacción al dolor, el maestro lo soltó, y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose. 

El maestro intentó sacarlo otra vez, y otra vez el escorpión lo picó. 

Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo: "Perdone... ¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo picará?". 

El maestro respondió: "La naturaleza del escorpión es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar". 
Y entonces, ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida. 

No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño; sólo toma precauciones. Algunos persiguen la felicidad,... otros la crean. 

Aprovechar una situacion desfavorable

 
Cuenta esta historia que un joven de la ciudad se fué al campo y le compró un burro a un viejo campesino, por $ 100. 

El campesino acordó entregarle el animal al día siguiente, pero al día siguiente el campesino le dijo: 

- Lo siento hijo, pero tengo malas noticias... el burro murió. 

- Bueno, entonces devuélvame mi dinero... 
- No puedo, ya lo he gastado… 
- Bien... da igual, entrégueme el burro... 

- Y ¿para qué?... ¿Qué va a hacer con él? 
- Lo voy a rifar. 

- ¡Estás loco! ¿Cómo vas a rifar un burro muerto? 

- Es que no voy a decir a nadie que está muerto, por supuesto. 

Un mes después de este suceso, se volvieron a encontrar el viejo vendedor y el joven comprador. 

-Que pasó con el Burro? 

- Lo rifé, vendí 500 rifas a $ 2.- y gané $998.- 
-¿Y nadie se quejó? 

- Sólo el ganador... pero a él le devolví sus $ 2. 

CONCLUSIÓN: éste es un ejemplo de cómo convertir una situación desfavorable, en un éxito. 

Las tres rejas

 
El joven discípulo de un filósofo sabio llegó a casa de este y le dijo: 
—Maestro, un amigo suyo estuvo hablando mal de usted. 
—¡Espera! —lo interrumpió el filósofo—. 
¿Ya hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme? 
—¿Las tres rejas? —Sí. La primera es la reja de la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto? 
—No; lo oí comentar a unos vecinos. 
—Entonces al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Esto que deseas decirme, ¿es bueno para alguien? 
—No, en realidad no. Al contrario... 
— ¡Vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta? 
—A decir verdad, no. 
—Entonces —dijo el sabio sonriendo—, si no es verdadero, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo en el olvido. 

Respetar las opiniones

 
Un hombre estaba poniendo flores en la tumba de un pariente, cuando ve a un Japones poniendo un plato de arroz en la tumba vecina. El hombre se dirige al japones , y le pregunta:

- 'Disculpe señor, pero ¿cree usted que de verdad el difunto comerá el arroz?
- 'Si', respondió el japones... 'Cuando el suyo venga a oler sus FLORES.'


Respetar las opciones del otro, es una de las mayores virtudes que un ser humano puede tener. Las personas son diferentes, actúan diferente
y piensan diferente. No juzgues............ 
Solamente COMPRENDE 

sábado, 25 de diciembre de 2010

Excusas





Se dice que muchos años atrás el Virrey de Nápoleshizo una visita a Barcelona, España. En el puerto había un barco de remos, una galera, con prisioneros condenados a remar, castigo usual para la época. El Virrey se acercó a los prisioneros y les preguntó que había pasado, que los había llevado a estar ahora en esta situación. Así escuchó de primera voz terribles historias.

El primer hombre dijo que estaba allí porque un juez aceptó un soborno de sus enemigos y lo condenó injustamente. El segundo dijo que sus enemigos habían pagado a falsos testigos para que lo acusaran. El tercero dijo que había sido traicionado por su mejor amigo, quien escapó de la justicia dejándolo. Y así por el estilo.

Finalmente el Virrey dio con un hombre que le dijo: “mi Señor, yo estoy aquí porque lo merezco. Necesitaba dinero y le robé a una persona. Estoy aquí porque merezco estarlo.”

El Virrey quedó absolutamente anonadado y volviendo sobre el capitán del navío de esclavos dijo: “aquí tenemos a todos estos hombres que son inocentes, están aquí por injustas causas, y aquí este hombre malvado en medio de todos ellos. "Que lo liberen inmediatamente, temo que pueda infectar a los demás”.

De esta manera el hombre que se había confesado culpable fue liberado y perdonado, mientras aquellos que continuaban excusándose a si mismos volvieron a los remos.

Esta es una historia verdadera, y la moraleja es bastante obvia. Hablamos de las excusas y su poder. De cómo nos encadenan y mantienen sujetos en un determinado orden de cosas.

Tratemos de no poner excusas, a veces es mejor hacernos cargo de las cosas y ser mas sinceros con uno mismo y con los demas.

Minutos de sabiduria





Un viejo cacique de una tribu estaba teniendo una charla acerca de la vida con sus nietos.

Les dijo: Una gran pelea está ocurriendo en mi interior y es entre dos lobos.

Uno de los lobos representa la maldad, el temor, la ira, la envidia, el dolor, el rencor, la avaricia, la arrogancia, la culpa, el resentimiento, la inferioridad, la mentira, el orgullo, la competencia, la superioridad y la egolatría.


El otro la bondad, la alegría, la paz, el amor, la esperanza, la serenidad, la humildad, la dulzura, la generosidad, la benevolencia, la amistad, la empatía, la verdad, la compasión y la fe.

Esta misma pelea está ocurriendo dentro de ustedes, y dentro de todos los seres de la tierra.

Lo pensaron por un minuto y uno de los niños le preguntó a su abuelo:

Abuelo, dime… ¿Cuál de los lobos ganará?".

Y el viejo cacique respondió simplemente... EL QUE ALIMENTES.

Somos lo que somos




Un rey fué hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo:

El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid.
La Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.
La Rosa lloraba por no ser fuerte y sólida como el Roble.
Entonces encontró una planta,un Clavel, floreciendo y más fresco que nunca. El rey le preguntó:

- ¿Cómo es que creces tan saludable en medio de este jardín mustio y sombrío'?

- Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste querías claveles. Si hubieras querido un Roble, lo habrías plantado. En aquel momento me dije: Intentaré ser un clavel de la mejor manera que pueda y heme aquí el más hermoso y bello clavel de tu jardín.

Vivimos marchitandonos nuestras propias existencias comparándonos con los demás.... si yo fuera, si yo tuviera, si mi vida fuera.... siempre conjugando el futuro incierto, en vez del presente concreto, empecinados en no querer ver, que la felicidad es un estado subjetivo y voluntario.

Podemos elegir hoy, estar felicies con lo que somos, con lo que tenemos o vivir amargados por lo que no tenemos o no podemos ser. Sólo podremos florecer el día que aceptemos que somos lo que somos, que somos únicos y que nadie puede hacer lo que nosotros vinimos a hacer.

Pinturas





Había una vez un Rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta.

Muchos artistas lo intentaron...
El rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas.

La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban. Sobre éstas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos quienes miraron esta pintura pensaron que reflejaba la paz perfecta.

La segunda pintura también tenía montañas. Pero estas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua. Todo esto no se revelaba para nada pacífico. Pero cuando el Rey observó cuidadosamente, miró tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio de del rugir del la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en el medio de su nido... la paz perfecta.

Cuál creen que fue la pintura ganadora?

El Rey escogió la segunda. ¿Sabés porqué?

“Porque," explicaba el Rey, "Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de todas estas cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. Este es el verdadero significado de la paz."

Las cuatro velas





Cuatro velas se estaban consumiendo lentamente.
El ambiente estaba tan silencioso que se podía oír el diálogo entre ellas.

La primera dijo:
- ¡Yo Soy la Paz! A pesar de mi Luz, las personas no consiguen mantenerme encendida.
Y disminuyendo su llama, se apagó totalmente.

La segunda dijo:
- ¡Yo me llamo Fe! Infelizmente soy inutil para las personas, porque ellas no quieren saber de Dios, o de un ser superior, por eso no tiene sentido continuar quemándome.
Al terminar sus palabras, un viento se abatió sobre ella, y esta se apagó.

En voz baja y triste la tercera vela se manifestó:
- ¡Yo Soy el Amor! No tengo mas fuerzas que quemar. Las personas me dejan de lado porque solo consiguen manifestarme para ellas mismas; se olvidan hasta de aquéllos que están a su alrededor.
Y también se apagó.

De repente entró una niña y vio las tres velas apagadas.
- ¿Qué es esto? Ustedes deben estar encendidas y consumirse hasta el final.

Entonces la cuarta vela, habló:
- No tengas miedo, niña, en cuanto yo esté encendida, podemos encender las otras velas.
Entonces la niña tomó aquella vela, la vela de la Esperanza, y encendió nuevamente las que estaban apagadas.

En busca de la pareja perfecta





Habia una vez una muchacha de nombre Nadia, cuya belleza atraía a todos los que la conocían. A pesar de ello, Nadia se sentía muy sola. Tras la alegría del primer encuentro con sus pretendientes, les encontraba defectos. Entonces, sentía que su amor se marchitaba y seguía anhelando su ideal de pareja perfecta.

Un día, Nadia oyó hablar de un sabio que a todos conmovía con sus palabras. Aquella noche, decidió consultarle su problema.

"Tal vez -se decía- me pondrá en el camino de ese hombre ideal que sueño".

A la mañana siguiente, llegó hasta él y, tras exponerle su mala suerte, le dijo:

- Necesito hallar la pareja perfecta. ¿Qué podria decirme? Una persona como usted, sin duda, habrá encontrado la pareja perfecta.-

Aquel anciano, mirando a Nadia con brillo intenso en sus ojos, le dijo:

- Pasé mi juventud buscando a la mujer perfecta. En Egipto, encontré a una mujer bella e inteligente, pero era muy inconstante y egoísta. En Persia, conocí a una mujer que tenía un alma buena y generosa, pero no teníamos aficiones en común… Y así una mujer tras otra. Al principio, me parecía haber logrado "el gran encuentro", pero, pasado un tiempo, descubría que faltaba algo que mi alma anhelaba. Fueron transcurriendo los años hasta que de pronto, un día…- dijo el anciano haciendo una emocionada pausa, -la vi, resplandeciente y bella. ¡Allí estaba la mujer que yo había buscado toda mi vida!-

-¿Y qué pasó? ¿Te casaste con ella?- replicó entusiasmada la joven Nadia.

- Al final… la unión no pudo llevarse a cabo.

-¿Por qué?, ¿por qué?-

- Porque al parecer– le dijo el anciano con un gran brillo en sus ojos, -ella buscaba la pareja perfecta…-

A veces nos concetramos tanto en que nuestra pareja sea perfecta que olvidamos de disfrutar el estar junto a esa persona, no se trata de buscar lo perfecto, se trata de aceptar los defectos y comprenderlos, ya que nosotros tampoco somos perfectos.

Aquel Saco de Plumas


Había una vez un hombre que insulto granvemente a un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado.

Tiempo después se arrepintió de la ruina que trajo con sus insultos a ese amigo, y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo: "Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?", a lo que el hombre respondió: "Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una donde vayas".

El hombre muy contento por aquello tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas.

Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he terminado", a lo que el sabio contestó: "Esa es la parte más fácil. Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste. Sal a la calle y búscalas".

El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna.

Al volver, el hombre sabio le dijo: "Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste.

Porque cometer errores es de humanos y de sabios pedir perdón."

$2.37


El dueño de una tienda estaba colocando un anuncio en la puerta que leía: "Cachorritos en venta". Esa clase de anuncios siempre atraen a los niños, y pronto un niñito apareció en la tienda preguntando: "¿Cuál es el precio de los perritos?" El dueño contestó: "Entre $30 y $50". El niñito metió la mano en su bolsillo y sacó unas monedas:"Sólo tengo $2.37... ¿puedo verlos?". El hombre sonrió y silbó. De la trastienda salió su perra corriendo seguida por cinco perritos. Uno de los perritos estaba quedándose considerablemente atrás.

El niñito inmediatamente señaló al perrito rezagado que cojeaba. "¿Qué le pasa a ése perrito?", preguntó. El hombre le explicó que cuando el perrito nació, el veterinario le dijo que tenía una cadera defectuosa y que cojearía por el resto de su vida. El niñito se emocionó mucho y exclamó: "¡Ese es el perrito que yo quiero comprar!". Y el hombre replicó: "No, tú no vas a comprar ese cachorro, si tú realmente lo quieres, yo te lo regalo". Y el niñito se disgustó, y mirando directo a los ojos del hombre le dijo: "Yo no quiero que usted me lo regale. El vale tanto como los otros perritos y yo le pagaré el precio completo. De hecho, le voy a dar mis $2.37 ahora y 50 centavos cada mes hasta que lo haya pagado completo". El hombre contestó: "Tú en verdad no querrás comprar ese perrito, hijo. El nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los otros perritos".



El niñito se agachó y se levantó la pierna de su pantalón para mostrar su pierna izquierda, cruelmente retorcida e inutilizada, soportada por un gran aparato de metal. Miró de nuevo al hombre y le dijo: "Bueno, yo no puedo correr muy bien tampoco, y el perrito necesitará a alguien que lo entienda". El hombre estaba ahora mordiéndose el labio, y sus ojos se llenaron de lágrimas... sonrió y dijo: "Hijo, sólo espero y rezo para que cada uno de estos cachorritos tenga un dueño como tú".

En la vida no importa quién eres, sino que alguien te aprecie por lo que eres, y te acepte y te ame incondicionalmente. Un verdadero amigo es aquél que llega cuando el resto del mundo se ha ido.

La Rosa

Había una vez una rosa roja muy hermosa y bella. Se sentía de maravilla al saber que era la rosa mas bella del jardín. Sin embargo, se daba cuenta de que la gente la veía de lejos. Un dia se dió cuenta de que al lado de ella siempre había un sapo grande y oscuro y que era por eso que nadie se acercaba a verla de cerca. Indignada ante lo descubierto le ordenó al sapo que se fuera de inmediato; el sapo muy obediente dijo:

-"Esta bien, si así lo quieres..."
Poco tiempo despues el sapo pasó por donde estaba la rosa y se sorprendió al ver la rosa totalmente marchita, sin hojas y sin petalos. Le dijo entonces:
-"Vaya que te ves muy mal. -¿Qué te pasó?"
La rosa contestó
-"Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día, y nunca pude volver a ser igual."
El sapo solo contesto
-"Claro, cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la mas bella del jardín".

Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos mas que ellos, mas bellos, mejores, simplemente que no nos "sirven" para nada. Nadie sobran en este mundo, todos tenemos algo especial, que hacer, algo que aprender de los demas o algo que enseñar, y nadie debe despreciar a nadie. No vaya a ser que esa persona nos haga un bien del cual ni siquiera estemos conscientes.

Lo que es divertido en el hombre

Un discípulo preguntó a su maestro:

- Quiero saber que es lo más divertido de los seres humanos

el Maestro comentó:

"Piensan siempre al contrario: tienen prisa por crecer, y después suspiran por la infancia perdida. Pierden la salud para tener dinero y después pierden el dinero para tener salud.

Piensan tan ansiosamente en el futuro que descuidan el presente, y así, no viven ni el presente ni el futuro.

Viven como si no fueran a morir nunca y mueren como si no hubiesen vivido.”

Depende de la forma

Un Sultán soñó que había perdido todos los dientes.

Después de despertar, mandó llamar a un Sabio para que interpretase su sueño.

¡Qué desgracia Mi Señor!, exclamó el Sabio, Cada diente caído representa la muerte de un pariente suyo.

¡Qué insolencia!, gritó el Sultán enfurecido, ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí!
Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.

Más tarde ordenó que le trajesen a otro Sabio y le contó lo que había soñado.
Este, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo:

¡Excelente Señor! Gran felicidad te fue reservada. El sueño significa que vivira mas que todos sus parientes.

Se iluminó el semblante del Sultán con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro.
Cuando éste salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:

¡No es posible! La interpretación que hiciste de los sueños es la misma que el primer Sabio. No entiendo porque al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.

Recuerda bien amigo mío, respondió el segundo Sabio, que todo depende de la forma en el decir..uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse.

Soy ciego...

Dicen que una vez, había un ciego sentado en la vereda, con una gorra a sus pies y un pedazo de madera que, escrito con tiza blanca, decía: “POR FAVOR AYÚDEME, SOY CIEGO”.

Un creativo de publicidad que pasaba frente a el, se detuvo y observó unas pocas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso tomo el cartel, lo dio vuelta, tomo una tiza y escribió otro anuncio.
Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue.

Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna, su gorra estaba llena de billetes y monedas. El ciego reconoció sus pasos y le preguntó si había sido él el que rescribió su cartel y sobre todo... ¿qué había puesto?.
El publicista le contestó: "Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras", sonrió y siguió su camino.
El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel decía: “HOY ES PRIMAVERA... Y NO PUEDO VERLA”.


¡Cambiemos de estrategia cuando no nos sale algo, y veremos que de esa manera puede que resulte!